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CINE EN SOLEDAD

El miércoles pasado, por primera vez en mi vida, fuí sola al cine. Y me encantó. Llegué con dos o tres minutos de antelación. Butacas numeradas. Me toca al lado de un chico joven, que se había aventurado a esparcir su campamento de abrigo, bolso, periódico, libro en mi asiento. Le digo perdona está ocupado. Me dice no no. Quita todo. Me siento. Esparzo mis bártulos en el asiento de mi derecha y a los veinte segundos un hombre de mediana edad tirando a viejuno repite el episodio anterior, en el papel que yo antes había protagonizado de "persona que va sola al cine y tiene el capricho de sentarse en la fila y en la butaca que le ha correspondido según su entrada". Aparto mis enseres. Se apagan las luces. Y empieza la peli. "Camino", por cierto. Y tras el drama que encierra, a los tres se nos escapa la risa en varias ocasiones. Y también lloramos en las mismas escenas. Y tengo un poco la sensación de estar sentada a la derecha de mi hermano y a la izquierda de mi padre. Y se acaba la película. Y los títulos de crédito nos expulsan a la calle, que nos deja huérfanos. Y el frío en la cara. Y el camino de San Fernando, un ratito pie y otro caminando, hasta casa.

Otro rato entramos en los entresijos de la peli, que ahora no me apetece teorizar (ni mucho menos polemizar), que es sábado, hace sol y acabo de dormir trece horas seguidas de puta madre.

YO QUIERO TENER UN MILLÓN DE AMIGOS...

Güenasss, debate sexista finalizado, peso de encima quitado, finde trabajado y mucho tiempo perdido en Feisbuk..... Aaaaaaaaaah!!! En qué maldito momento se me ocurriría entrar al trapo?? Hasta la semana pasada, recibía invitaciones en mi correo de gente que "quería ser mi amiga", yo las ignoraba y me quedaba más feliz que un regaliz, oche. Como cuando éramos pequeños y en el patio del parbulario o en el parque, se te acercaba algún crío preguntando con timidez: ¿me ajuntas? Y tú le decías: No. Sin titubeos. Y seguías a tu rollo, ensimismado/a en tu juego autista. Y sin remordimientos de ningún tipo. 

Pero un día, un maldito día, te encuentras en casa, invirtiendo tu tiempo tontamente -en ocasiones, disfruto con esta sensación de dolce fare niente, soy asín-, y te dices: vamos a ver en qué consiste la pijada esta del Feisbuk, bah... Aceptas una de esas invitaciones pendientes "de amistad" y ya estás perdida. Cinco amigos, de entrada. Joder, vaya mierda. Veinticinco años en el mundo para tener cinco amigos?? Vaya tristeza de vida social. Total, que te pones a enviar solicitudes de amistad a todo cristo viviente, como si de un mercadillo se tratara (viva el laissez-faire)... a ex-compañeros de Facultad, del trabajo, gente que conociste en algún viaje, amigos de amigos, primos de amigos de ex-novios, vecinas de la amiga de una conocida con la que mantuviste una interesante conversación en la sala de espera del dentista... qué sé yo!!! Todo sea por mover tu página de Feisbuk, por dinamizarla, darle vidilla, no quedarte atrás.

Luego, te da por subir fotos... que si del fin de carrera, que si esa foto de fiestuki en la que me pillé una guaza tremenda y salgo tannn graciosa -eso te crees tú-, el posado-robado de la playa... Y ya no hay quien te pare. Empiezas a regalar tu intimidad por doquier. Tú gestionas el derecho a tu propia imagen. Comienzas a pasarte por el forro tu propio derecho a la dignidad. Te haces fan de Carlos Jesús, de Pozí, de Epi y Blas y de los Morancos. En dos palabras, Te-degradas.

Feisbuk te propone amigos, dice que hay gente que "es posible que conozcas". Tú dices a todos que sí, que son tus colegas... Ufff, si yo te contara la de hazañas que he vivido junto a... éste... cómo se llamaba??!! Que sí, coño, éste que es mi amigo del Feisbuk!! Amistad profunda, hermanos hasta la muerte.

Hay quien opina que el ser miembro de una red social fomenta el narcisismo en el individuo o hasta que hay algo de sectario en ellas. Pero más de 120 millones de usuarios en el mundo han sucumbido a los encantos de Feisbuk. Por no hablar de las cifras que arrojan otras redes, como Tuenti, Myspace, Linkedln o Hi5. Algo tendrán. O alguna carencia tendremos nosotros que de este modo intentamos suplir. En fin, todo en su justa medida. Feisbuk es una herramienta de comunicación, pero no dejemos que suplante a la verdadera comunicación, de tú a tú, de cerveza en mano y carcajada mandibular batiente en rostro. No permitamos que el "jajajaa" tecleado sustituya el ver los empastes de tu amigo cuando se ríe frente a ti en el bar de la esquina. Hay cosas que no tienen precio. Ni bien sustitutivo que valga.

DEBATE SEXISTA

Supuesto 1: Un amigo os dice que "después de seis meses perdiendo el culo por una tía, ésta al fin ha caido".  Pregunta: ¿Lo consideráis machista? ¿O pensáis que esta perla podría provenir igualmente de cualquiera de vuestras amigas? ¿Os desagrada el lenguaje en sí mismo o por el hecho de venir de un hombre? ¿Es una falta de respeto hablar así de una mujer?, ¿o hablar así de una persona?, ¿o simplemente es un lenguaje coloquial al que no hay que buscar tres pies? (miauuu).

Supuesto 2: Un chico lleva detrás de una chica varios años, la chica tiene novio, pero el tipo persiste en su empeño-hazaña imposible. Pasado el tiempo, la chica tiene problemas en su relación, el otro panoli (en el buen sentido) sigue ahí, a la expectativa, ella se replantea si continuar con su actual pareja o cambiar de aires, valora las alternativas y acaba dejando al novio de toda la vida por el fiel admirador con más paciencia que el Santo Job.  Pregunta: ¿Qué pensáis de ella? ¿Qué malas son/somos las tías?, ¿que vivimos cuatro días y hay que intentar ser lo más feliz posible en cada momento, al fin y al cabo el amor único (a una sola persona durante toda una vida) es un falso mito?, ¿o ninguna de las anteriores es correcta?

Supuesto 3 (sólo para chicas): Conocéis a un tipo que creéis interesante, vais a cenar, el tío os retira la silla para que os sentéis, se quita la chaqueta para que no tengáis frío, os abre la puerta del restaurante para que paséis delante, luego en casa la del ascensor...  Pregunta: ¿Pensáis que es un chico muy educado y cortés que os hace sentir protegidas (¿de qué?, ¿de quién?), halagadas, como reinonas...?, ¿o, por el contrario, pensáis que el tipo no os trata de igual a igual porque es un machista de tomo y lomo, un retrógrado, que tiene muy interiorizado el concepto de que la mujer es el sexo débil al que hay que proteger y, en consecuencia, os hace sentir incómodas (como si estuvieráis compartiendo cena con el mismo Arturo Fernández)?

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Bueno, pues las tres son, más o menos, situaciones reales-cercanas, que hemos comentado hoy, entre compañeros de curro. A pesar de ser consciente de que este mi blog no destaca por tener un gran poder de convocatoria (en cuanto a cantidad de comentarios recibidos por post publicado), en esta ocasión, especialmente, me encantaría recaudar el mayor número de opiniones posibles, sinceras, tanto de chicos como de chicas, por favor. Necesito tomar el pulso de lo que pensáis al respecto, porque yo ya no sé si soy un alien o me rodeo de gente muy diferente a mí o qué es lo que pasa. Después de vuestros comentarios, el mío, que no quiero condicionaros (ya me gustaría a mí... Guiño).

¡¡ÑA ÑE ÑI ÑO ÑU, COÑO!!

ÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑ

Hala, ¡¡qué ancha me he quedado!!!!!

Pues eso, que ya estoy otra vez en MaÑoland.

Ya he vuelto al trabajo, a los compaÑeros, al día al día...

Como dice el Gran Benedetti:

"Una cosa es el exilio y otra cosa es el éxodo. En el exilio lo ponen a uno de patitas en la frontera y el expulsado se va con su nostalgia a cuestas en busca de otra tierra, otros sabores, otra razón de ser. En el éxodo, en cambio, es uno el que se arranca, el que quiere ser otro.

¿Volveremos? Al menos los pájaros vuelven, o sea que tendremos que aprender a volar.

Bajo esta luna o bajo aquella, el beso de aquí se parece al de allá. ¿Volveremos? Habrá que regar con sentimientos las ganas de volver, cada una en su maceta."

PILARES DESDE LA BARRERA

No, no me he caido por ninguna alcantarilla de Mañoland, no he emigrado a Laponia huyendo del gentío popular de las fiestukis patrias, no me he desmayado de emoción al ver a Los Chichos de cerca cantando esos grandes y renovados hits que todos tenemos tan dentro (ni má, ni meno, ni má, ni meno..., olé ahí), ni tampoco he sufrido un brote etílico en Interpeñas cual quinceañera inexperta en cata de calimotxo y querencia agresiva a la barra (aunque poco me ha faltado... me cuesta madurar, sip).

Aquí estamos, en medio del chaparrón devoto venerando las Fiestas de Nuestra Señora, cada uno a su manera, cada cual a su ritmo: unos de conciertos, otros trabajando; unos de vaquillas, otros trabajando; unos poniendo a prueba los límites de su hígado, otros trabajando. Sí, sí, que me toca currelar en estas fiestas, siguiendo mi tradición de pringada-woman. Y no es que me haya hecho camarera, tendera, vendedora de globos o de flores luminosas... es que la gente está muy nerviosa con esto de la crisis económica y les ha dado por la hiperactividad financiera, que si vendo esto, que si compro aquello (aquel que puede vender y comprar, claro, otros observamos la lluvia desde la ventana y a esperar que pase).

El domingo pasado le dimos un toque más de rancia melancolía a la jornada y nos fuimos derechas a la Pza. del Pilar a ver a los de Pucela. Y claro, con la que está cayendo, hablar del caso Gal y de Roldán, como que no viene a cuento. El ni má, ni meno, ni má, ni meno permanecerá, pero hay cosicas que tenemos que actualizar, hombre. Renovarse o morir, dicen. Que tomen nota algunos.

Respirando esa extraña mezcla de trasnoche y nostalgia del pasado estábamos, cuando se hizo una canción:

Caminando por las calles, todo tiene igual color, siento que algo hecho en falta, no sé si será...

Y en esas estamos.

Y esperando la huida a Londres, también.

Ya sólo queda un mes.

 

ME GUSTARÍA CONOCERTE

Cierro el mes de agosto en el blog haciendo un resumen de la última semana, en plan flashes, en plan titulares, pestañeos de palabras, en plan rápido... como va todo últimamente.

Estos últimos días han sido una maratón de Expo (me reafirmo en las impresiones defraudantes que tuve en la primera visita), piscina (en un intento vano de aprovechar los últimos rayos del verano para morenearme), cine ("Una palabra tuya", basada en la novela de E. Lindo, peli que vale más por la sensación contenida que deja flotar en el aire que por lo que dice expresamente), lectura (empecé la "saga de la Nocilla" de Fernández Mallo, pero no en orden -como acostumbro-, la Experience la primera; y, además, me encontré con un libro-regalo de S. que he engullido a ratos muertos, en el curro, en las colas, en los autobuses... lo normal) y trabajo, sobre todo, trabajo.

Mientras tanto, los conductores de Therpasa siguen pensando que soy la Línea de la Esperanza, me cuentan sus vidas, sus historias, sus movidas, preguntan mi nombre, agradecen que alguien les escuche... Y a mí me entra un poco el complejo de locutora de Hablar por hablar. Pero, en el fondo, me encanta. Aunque yo no se lo digo.

Dice Frédéric Beigbeder que el amor dura tres años*, yo no sé si dura tres años, tres meses, tres días o sólo un segundo, pero sé que necesitamos ese chispazo en nuestras vidas, aunque sea de vez en cuando, esa mecha que nos mueva hacia adelante.

Y me encanta que el mes de septiembre comience un lunes. Un lunes cualquiera, vas y te topas conmigo. Y entonces me tienes que invitar a un helado de dos bolas gigantes de nata y fresa, a una cerveza o simplemente a una palabra. Y me dejas una nota: "Me gustaría conocerte". "Si tu me dejas". "Si me das tiempo".

Los "días uno" de cada mes son siempre el comienzo. Y el comienzo es tiempo condicional de deseos.

 

* Beigbeder, F. (2005): El amor dura tres años, París: Anagrama.

 

MINI-BREAK

Por fin, terminó la semana trabajando de noches.

Por fin, van a dejar de bombardearnos con los JJ.OO.

Por fin, me he dado cuenta de algunas cosas. Ya no hay dudas ni sitio para ellas.

Este finde me voy a la playita a descansar, a trasnochar (aprovechando que he (mal)acostumbrado a mis bioritmos), a ponerme alguna medalla (ya que no las ganan otros) y a perder la noción espacio-temporal (pies, sobrevolad la tierra).

A fiestear se ha dicho.

A la vuelta, lo cuento tóóóó.

TESIS, SÍNTESIS, ANTÍTESIS

1.  Tesis: 

    El verano reblandece mi cerebro y consume mis energías.

   Hace que me arrastre cual ameba resarcida en su propia inactividad.

    De ahí, el abandono del blog.

    Entonces recuerdo... él no lo haría.

    Por eso, he vuelto.

    Para asumir mis responsabilidades para con él.

 

2.  Síntesis:

     Quedé con el maromo del post anterior. No estamos predestinados. Y hasta ahí puedo (quiero) leer.

    Trabajo como una negra. Y nadie me lo agradece.

    Desaparecieron los tapones que me impedían escuchar la vida. Ya no estoy como una tapia.

    Por fin, he visitado la Expo. Muchos pabellones son, directamente, una tomadura de pelo.

    Anoche estuve en "las playas". Y me gustó el sitio... zí, zeñó. 

    El próximo finde, me escapo a la playa. ¡La de verdad!

 

3.  Antítesis:

    Domar la emoción y meterla en un tarro.

    Cómo se aprende eso.

    Dónde.

    Nadie.

 

 

 

MONOLOGANDO

Esta noche hemos vuelto a los monólogos del Juan Sebastian, que han decaido un poco respecto a los de la semana pasada... Qué grande el arte del monólogo. Parar la circulación humana y las aceras, subir a un banco o escenario, gritar las tonterías que atacan el subconsciente, contar la vida del revés, sacar punta a los detalles, reir las preocupaciones y reducirlas al absurdo. EL ABSURDO. Gran invento. Que nos ayuda a entender y a entendernos. A nosotros y a los otros. A las circunstancias y casualidades. Y al sinsentido.

Me voy a monologar con la almohada, que mañana quiero ir a la pisci y el finde trabajo de noches, yujuuu.

DRESS CODE & CASUAL DAY

Ahora que se han puesto serios en el curro con esto del dress-code y tenemos que ir de lunes a jueves hechos unos pintas, con pantalones de corte, camisa y tacones, el viernes es el único desahogo posible para encajarte unos vaqueros y unas sandalias. Y cuanto más cutres, mejor. Es nuestro pequeño acto de rebeldía ante tanta obsesión absurda por proyectar una determinada imagen corporativa de prestigio (?) y pijismo.

Yo, la verdad, me estoy hartando un poco de tanta tontería. Y estoy de hard-copies, work-flows, dress-codes y falsos casual-days hasta las orejas.

Anoche salimos a celebrar que J. se ha liberado ya de todas estas ataduras. No la renuevan en el trabajo y muchos nos preguntamos si debe tomárselo como una putada o, más bien, como un favor.

Ante la duda, le organizamos una fiesta con cena, regalos, copas, cafeses, más copas, bares, más copas, tarjeta con frases emotivas de todos y, para finalizar, más copas.

Hoy estoy reventada. Me duelen los pies (anoche perdí un zapato, pero lo recuperé). Tengo resaca. Y prefiero hacer uso de la memoria selectiva y olvidar alguna hazaña bélica nocturna. Jaja.

Pero esta noche, más; que vienen las madrileñas y hay que estar a la altura de las circunstancias. Of course.

ESPERANDO QUE CAIGA LA NOCHE ESTOY

HACE FALTA VALOR, HACE FALTA VALOR

EN ESTOS DÍAS INCIERTOS

La guaza adolescente del fin de semana, la resaca postergada del lunes y este martes anodino, en el que el tiempo indeciso no acaba de pronunciarse a favor o en contra, son motivos suficientes para el amuermamiento mental y el desfayecimiento físico.

Si la semana pasada fue nocturna, tranquila y asocial (sin perjuicio de la amistad que trabé con todos los autobuseros de Therpasa), ésta se insinúa como todo lo contrario.

Vuelta al murmullo de la gente y a sus comentarios y silencios, vuelta a la luz del día y sus desencantos. Vuelta a los números, los simuladores, las cuotas, los parámetros. Vuelta a los programas absurdos de la tv y a esos dos libros de Ray Loriga que tengo en la cabecera de la cama y que no me acaban de atrapar. Vuelta a las vueltas de tuerca. Al orden irritante. A la Expo, la Eurocopa, o viceversa.

A los mails furtivos sin respuesta, en el trabajo.

A las dudas y a las ganas de que vengas, para contarte que... Para contarte.

AUTOCENSURA

He borrado mis dos últimos post del blog. Ninguno resistió la segunda lectura en frío. Cada cual tuvo su tiempo de vida: un día, o sólo unas horas.

Un día o sólo unas horas es tiempo suficiente para ver las cosas de otra manera o para arrepentirte de haber hablado demasiado. En ocasiones, basta un segundo. Para arrepentirte.

Pronuncias una frase e, inmediatamente, eres consciente de que la has cagado, de que tu interlocutor ha dejado de verte como el autopersonaje que te has trazado. Te das cuenta de tu desnudez y huyes despavorido hacia la justificación inútil. Pero ya es demasiado tarde. Por un instante, se te cayó la toalla y dejaste al descubierto tus vergüenzas. Sólo un instante basta.

El primer post lo escribí la madrugada del sábado y pecó de personal e intimista; por ello, falleció tras el letargo del sueño y la meditación obligada. El segundo retoño nació el domingo mañanero, mientras la ebriedad de mis dedos cabalgaba sobre el teclado, tras muchas horas de nocturnidad y alevosía; pero pronto desfalleció por equívoco y proclive a interpretaciones raras.

Ahora las historias están en mí. Quizás alguno las leisteis o intuisteis. Quizás alguno me pilló con la toalla en el suelo...

Hallar.   Enajenar.   Justificar.

Huir.

EN LA COLA DEL SUPER

Me encuentro en la cola del super con mi jefa y en su carro: pizzas, precocinados Frudesa y compresas con alas. Ante semejante panorama, la gente pierde su autoridad, imaginarte a tu jefa calentando en una sartén su arroz Frudesa o colocándose con esmero las Ausonia hace que pierdas todo respeto posible. Te citará el lunes en su despacho y te dirá, con cara de frustración sexual, que estás incumpliendo los parámetros, que tu productividad está por debajo de los objetivos... pero tú has visto que se alimenta de fast-food y usa detergente de marca blanca y todo lo que te diga, te hará gracia. Porque, en el fondo, sabes que es una de las tuyas, que se emborracha cada finde y tiene un novio seta que le sostiene el cachi en los conciertos donde ella se desfasa y se transforma en otra que no es ella, y salta e imagina desafíos fuera de su alcance. Y el lunes, en la oficina, vuelve a su realidad, a los parámetros incumplidos y a las respuestas fáciles, al saber estar y la amabilidad de manual de protocolo. Y vuelve a respirar H2O de oficina y ambiente de invernadero y la gente le dice que sí, que tiene razón en todos sus planteamientos y ella se siente segura, con sus Ausonia con alas, a prueba de subordinados falsos y novios seta.

AGOBIO VITAL

Escribo este post sólo para decir que estos próximos días voy a tener el blog un poco abandonado: en el trabajo me meten caña y encima este finde trabajo de noches, tengo que estudiar y me agobio porque mi cabeza ya no es lo que era y se niega a almacenar información que sabe por experiencia que luego no va a utilizar.

Cuanto menos tiempo tengo, más pienso en todo lo que tengo por hacer: reservar el curso de inglés, comprar esto o aquello, quedar con no sé quién, ver tal peli, devolver los libros prestados a la biblioteca, buscar un hueco este verano para viajar a Mallorca... Aaaaah!  ¿Por qué no sé priorizar?

Soy una evaporada vital. Quiero tener algo de eso que llaman "sentido práctico", pero no lo encuentro.

Sólo me queda el consuelo de saber que el jueves veré todo con otros ojos.

Gafas nuevas, mirada nueva, jeje. Todo bien

POPURRÍ

Según el DRAE -y un profesor que tuve de Lengua, que también nos lo contaba, ¿o era el de Francés?-, la palabra popurrí viene del francés pot-pourri, que lo tomó del español "olla podrida". Se emplea en general para describir cualquier mezcla confusa de cosas diversas. Es un galicismo que procede de un guiso español de la Edad Media que tenía gran variedad de ingredientes. De ahí que se lo llamara "olla poderida", de poder, porque sólo los poderosos podían permitírsela. Los franceses, amantes del guiso, lo tradujeron literalmente, pot-pourri, cuando en realidad es un batiburrillo. Como éste:

1. Ayer el poeta argentino Juan Gelmán recibió el Premio Cervantes, qué menos para alguien que manifiesta que "escribe para vivir". He aquí alguno de sus textos (varios de ellos aparecen insertos en la película El lado oscuro del corazón):

Costumbres

no es para quedarnos en casa que hacemos una casa

no es para quedarnos en el amor que amamos

y no morimos para morir

tenemos sed y

paciencias de animal 

Poco se sabe

yo no sabía que

no tenerte podía ser dulce como

nombrarte para que vengas aunque

no vengas y no haya sino

tu ausencia tan

dura como el golpe que

me di en la cara pensando en vos

Sefiní

basta por esta noche cierro

la puerta me pongo

el saco guardo

los papelitos donde

no hago sino hablar de ti

mentir sobre tu paradero

cuerpo que me has de temblar

Con estas palabras tan bien elegidas, formando unidades poéticas perfectas y sutiles, no puedo hacer otra cosa sino declararme fans absoluta de Gelmán.

2. Ayer, además, fue una tarde de reencuentro con una vieja amiga, después de casi medio año sin vernos. A veces, el tiempo, el trabajo y las distorsiones de la vida distancian a la gente sin motivo aparente. No dejemos que nos pase más, M.

3. Fuimos al cine, a ver "Fuera de Carta". Peli que recomiendo totalmente, para reirte y pasar un buen rato. Muy buena la actuación de Javier Cámara.

4. También ayer me enteré de que me han concedido la beca para estudiar Inglés. Ahora toca elegir el destino...

5. Hoy tenía planes de ir a ver a Huecco a Fnac, pero al final no ha podido ser. Qué daño le ha hecho a este hombre la horrible canción de "Pa mi mulata, pa mi morenaaa". Vamos a ver, teniendo canciones como Tacones Baratos, no promociones esa mierda! Y para muestra un botón, he aquí unas estrofas de dicho song:

hoy es el dia de los muertos en vida
donde este pobre corazon resucita
cinco meses devorao por las termitas
como esa podrida y vieja silla

hoy vi cruzar a esa chica sencilla
guapa de cara, rica de alma,
de esas que no se olvidan
belleza callada y mirada recogida
ojos que ponen la zancadilla

quiero olvidar....., quiero probar...
quiero olvidar....., quiero probar...
quiero probar el rojo de tus labios
quiero gastar mi vida entre tus brazos
esos tacones baratos
nena ya estas cerca otra vez

Buenooo... hay que escucharla, así escrita igual parece un poco cheli -y más con el agravio comparativo que supone escribir este texto después de haber transcrito a Gelmán-, pero está bien, de verdad.

6. Mañana es mi último día de trabajo en la Ofi, en la oficina física en la que trabajo actualmente me refiero. El lunes próximo nos trasladamos a Pla-za, con lo que se reduce mi tiempo de sueño. Y el sueño para mí es sagrado, no se suple con una oficina fashion y molona... o sí: veremos.

7. Y para finalizar este batiburrillo, sólo decir: FELICIDADES, GAEL!!! Un besote goldo, goldo... Ya me contarás los progresos de tu aventura mallorquina.