AUTOCENSURA
He borrado mis dos últimos post del blog. Ninguno resistió la segunda lectura en frío. Cada cual tuvo su tiempo de vida: un día, o sólo unas horas.
Un día o sólo unas horas es tiempo suficiente para ver las cosas de otra manera o para arrepentirte de haber hablado demasiado. En ocasiones, basta un segundo. Para arrepentirte.
Pronuncias una frase e, inmediatamente, eres consciente de que la has cagado, de que tu interlocutor ha dejado de verte como el autopersonaje que te has trazado. Te das cuenta de tu desnudez y huyes despavorido hacia la justificación inútil. Pero ya es demasiado tarde. Por un instante, se te cayó la toalla y dejaste al descubierto tus vergüenzas. Sólo un instante basta.
El primer post lo escribí la madrugada del sábado y pecó de personal e intimista; por ello, falleció tras el letargo del sueño y la meditación obligada. El segundo retoño nació el domingo mañanero, mientras la ebriedad de mis dedos cabalgaba sobre el teclado, tras muchas horas de nocturnidad y alevosía; pero pronto desfalleció por equívoco y proclive a interpretaciones raras.
Ahora las historias están en mí. Quizás alguno las leisteis o intuisteis. Quizás alguno me pilló con la toalla en el suelo...
Hallar. Enajenar. Justificar.
Huir.
6 comentarios
magui -
DESTROYER NIGHT
Tres móviles nuevos en la agenda y no sé cuál es de cuál: Alberto, Luis, Pedro... ¿Pero quién es quién? En realidad, no quiero volver a quedar con ninguno de ellos. En realidad, ahora mismo no estoy por la labor de quedar con nadie. Pero los acontecimientos se pierden en las miasmas de la noche y las identidades se desdibujan.
Lo mejor, el mano a mano con L. Dijimos que aguantaríamos juntas hasta las ocho a.m. y así ha sido. A ratos, se sacrificó ella y a ratos, yo. Aguantando a los pretendientes ajenos.
Ha estado divertido. Hemos acabado desayunando con dos tipos, amigos, pero muy diferentes entre sí. Como nosotras. Bipolaridades compartiendo café y churros y confidencias y conversaciones estúpidas de madrugada y bostezos y demás historias.
Ha estado muy bien esta destroyer night (que nunca se planteó como tal -quizás por eso acabó resultando-).
Ha estado muy bien. Aunque la carne es débil y el café nunca curó la resaca.
magui -
Ahora estoy leyendo a Hermann, tu comentario me dio la pista, Afanosa.
No sé qué desenlace traerá tanta asocialidad, tanta duplicidad incontrolada... La de H.H., digo, no la mía.
Un besote.
Afanosa inconsciente -
magui -
No sabes lo que reconforta que alguien te diga así, de manera inesperada, que le gustan las chorradillas que escribes en tus ratos muertos.
Gracias por tus palabras.
PD: Qué mala es la autocensura... De qué vale la vida si no es para compartirla? Pero es que, a veces, parece que tengamos varios mini-yoes conviviendo dentro, varias personalidades que se encuentran y discuten y no se entienden y se desconciertan. Y te desconciertan. Y tú no sabes en qué grada posicionarte. Ni de parte de quién estás.
Afanosa inconsciente -
j.. -
eran más prosaicos.
el primero no me dió tiempo a comentar, y es que me dejó intrigado, espero que sea para bien...y el segundo me parece que estaba inspirado en el primero, al menos, en las sensaciones.
post hay de muchas clases.
ninguno es mejor o peor, son diferentes estilos.