EL DOLOR
Sé que he tenido muy abandonado el blog últimamente. Pero he estado tan concentrada en mi propio dolor de piños, que no he tenido mucho tiempo -ni muchas ganas- de sentarme a escribir.
Esta ortodoncia me va a matar... Después de hinchárseme el morro a lo Carmen de Mairena, intoxicarme a base de ibuprofenos, sprays, pomadas varias y cera, parece que la cosa ha mejorado algo.
Pero ello no obsta para que el dolor haya sido el prota de estos últimos días, como lo fuera en la angustia de Sylvia Plath.
Cuando el dolor te vence, cuando el dolor físico te puede, sólo queda el resarcimiento en el "yo" profundo.
Concentrarse en el dolor de un ojo, de una uña o de un diente. Desentrañar las vísceras. Arañar las heridas. Alimentarte de ti. De tu cuerpo. De tu materia. Compadecerte. Guardarte duelo. Y el aullido. Y el silencio.
Mientras tanto, muchas cosas han pasado. Encuentros, reencuentros y despedidas.
Y el dolor como testigo.
5 comentarios
patty -
magui -
patty -
por cierto, hace un mes una pareja de gays me propusieron trio...casi me muero :s estas cosas no son pa mi
magui -
La próxima salida, aquí o en Madrid, a por el trío, jajaja!!! Ahí lo tenemos pendiente. Apúntalo en la agenda.
j.. -
perdona que estuviera un poco machacado, pero la próxima vez sí que buscaremos un trío :-P