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ungradodelibertad

CAFÉ CON SAL

Como estoy bastante vaga y cansada de la semana (a pesar de la alegría que me dio una equivocación a mi favor en la nómina, que de momento nadie me ha reclamado), tiro de archivo y publico un poemilla que escribí hace unos tres años (o más...).

Hoy te miro frente a frente,

entre tú y yo, un café hirviendo

que no beberé.

No quiero quemarme el paladar

a tu lado,

no quiero pillarme los dedos,

si no vale la pena. 

No quiero quedarme sin palabras,

pero me quedo.

Y sólo sé balbucear

porque no entiendo

dónde quedó aquella vida,

dónde festejan los muertos.

Por dónde se va al infierno,

me pregunto.

Hay que dejar propina al camarero.

No sonrías tanto, chico,

que servir cafés amargos no es jugar al dominó,

no es pillar un colocón de amor al prójimo.

Únete a la charla, amigo,

cuéntanos tu jaque al rey,

tu plan rebelde, de peón.

Inquietud y desazón.

¿Quién echó sal en tu café?

¿Quién te engañó?

Quizás una reina feroz... 

Ya no hay lobos que temer,

no hay alfiles que evitar,

ni caballos que domar.

Sólo hay café.

Café con sal. 

Y no hay palabras,

ni taxis al infierno,

ni propina pal camarero...

Ni azúcar para endulzar.

3 comentarios

j.. -

es que quiero ser objetivo, y para ello me vuelvo mucho más crítico.

la verdad es que me ha gustado, pero, lo dicho, que me pongo a buscar los cinco pies al gato.

además si siguiess mis críticas al pie de la letra acabarías haciendo poemas a mi gusto, y créeme, no tengo :-P

besos

magui -

Qué quisquilloso te me estás volviendo, j. En fin, te contesto en otro moment, q ahora acabo de volver del curri y tengo las defensas flojas. Un besoteee.

j.. -

Y sólo sé balbucear
porque no entiendo
dónde quedó aquella vida,
dónde festejan los muertos.
Por dónde se va al infierno,
me pregunto.

es mi parte favorita, y el principio, describiendo la situación con una metáfora relación-café.

el salto a la duda del camarero está justificado para el final, que te hace esbozar una sonrisa, pero está mal insertado en el texto del poema.

la parte del dominó y del ajedrez tampoco me ha entusiasmado, sale del tema, y sí, aunque en un café son habituales estos juegos, podrías reescribirlo con otras sensaciones entorno al café.

besos