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ungradodelibertad

¿EGÓLATRA, YO???

¡Hola gente! Pensaba que hoy resolvería el misterio que ayer tenía entre manos y, por consiguiente, la recomposición del post que escribí anoche perdería todo su sentido, pero como hoy no he resuelto nada, os cuento lo que me ocurrió ayer con idéntico grado de incertidumbre, para posteriormente invitaros a la reflexión sobre mí persona.

El caso es que ayer, estando en el trabajo, me llamaron al móvil desde un número desconocido y, como yo soy así de flipada, dejé a un cliente en espera para atender la susodicha llamada. ¿Por qué? Se acerca el Patrón de la Facultad de Económicas, San Vicente Ferrer, y no se me ocurrió pensar otra cosa sino que me llamaban desde Decanato para decirme que había ganado el Concurso de Literatura de la Facultad. Total, que al final el individuo que osaba interrumpir mi trabajo preguntaba por un tal Juan, es decir, se había equivocado el piltrafillas!! Le contesté un poco mal cuando empezó a confirmarme el teléfono al que llamaba (sorry, Juan's friend, si me lees) y cuando quise recuperar al cliente que tenía al teléfono, me había colgado. Una, que es toda una profesional.

Pero ahí no acaba la historia; cuando llego a casa me indica mi madre que me ha llamado una tal Itzíar, de la Universidad, que si la conozco. Y yo: no, madre, no conozco a ninguna persona con ese nombre de la Uni, no sería Lucía en lugar de Itzíar? (Abro paréntesis para los ajenos al gremio: Lucía es la Vicedecana de Estudiantes de la Facul y, cómo no, pensé que me habría llamado para anunciarme que había ganado el citado concurso). Y mi madre: No, no, hija, ha dicho Itzíar muy clarito, no tengo ninguna duda. Y yo: ajá, ajá (mi gozo en un pozo).

Con el objetivo de paliar mi estado de neurosis paranoica, por la tarde, después de echarme la siesta, decidí acercarme a la Facultad de Económicas, a ver si así salía de dudas. Llegué sobre las 21:00. La puerta de Gran Vía me remitía a la de Dr. Cerrada -"por obras", decía el cartelito- y la entrada de Dr. Cerrada me reenviaba a Gran Vía. Joder, qué graciosos, pensé. Y como vi luces dentro, me pusé a llamar para ver qué pasaba. Por supuesto, nadie me cogió el teléfono. Y me volví a casa con el rabo entre las piernas -es un decir, eins-, sin resolver na de na, vaya.

Y ya para rematar la jugada, cenando, le digo a mi padre: Por cierto, padre, el día 4 de abril tendrás la oportunidad de hacerte famoso porque paso de pedir un día libre en el curro para recoger el premio literario. A lo que me respondió mi prudente progenitor, tenedor en ristre: Claro, hija, pero primero te lo tendrán que dar, no? Mmm, cierto, no había caido, nada que objetar.

Hoy todavía sigo sin tener noticias, por lo visto la Facultad no abre esta semana de tardes. Me lo ha dicho Perico Arrojo, al que me he encontrado al mediodía.

Mi reflexión a toda esta parrafada y adonde quiero ir a parar después de semejante rollo ES: ¿De dónde me surge esa seguridad en lo que escribo, en "mi obra" (por llamarlo de alguna manera)? ¿Acaso la gente que escribimos somos como los abuelos con sus nietos -léase libros, relatos, poemas...-, que aunque la criatura sea cejijunta, bizca, con granos de pus en la cara y joroba (léase, mediocre, repetitiva, simplista o sin gracia alguna) siempre será guapisísima a ojos de su yayo??? No sé. ¿Qué opináis? Lo cierto es que ayer me sorprendí a mí misma. ¿A cuento de qué ese ego irreprimible?

A todo esto, que no debería haber contado nada de esta reflexión ex-ante-del premio, que luego estas cosas se gafan. Si no me lo dan, que sepáis que es por culpa de este post. Burla

Y sigo esperando news de Lucy...

3 comentarios

magui -

Yo no soy valiente, lo que pasa que con la almohada no me hablo desde hace meses. Ya no contrasto las decisiones con ella, que es un poco morbosilla y siempre me aconsejaba maldades...

lumière -

Es muy valiente reconocer nuestros momentos de egocentrismo, y más aún en la red.
Normalmente se suele hablar únicamente con palabras mudas a la almohada.

j.. -

esta es una de las mejores definiciones de BUROCRACIA que he leido:
"Llegué sobre las 21:00. La puerta de Gran Vía me remitía a la de Dr. Cerrada -"por obras", decía el cartelito- y la entrada de Dr. Cerrada me reenviaba a Gran Vía"

M. yo te voy a querer igual aunque no ganes y voy a seguir siendo fan de tus textos, aunque ahora no recuerde donde guardé el que me regalaste, seguro que está a salvo en alguna carpeta!!

así deja de flipar con Lucy/Itziar (no has aclarado el misterio de la llamada de Iztiar)!!

pd: me parece bien que hayas dejado de contestar una llamada del curro (te remito a "el método" y nuestra conversación)

besos